viernes, 19 de febrero de 2016

Audios 1: Invitaciones superfluas de Dino Buzzati

"Calle" - Acrílico sobre lienzo (Nino)

Aquí os dejo una grabación que hemos realizado hace unos días del texto "Invitaciones superfluas" del escritor italiano Dino Buzzati (1906-1972) y que ha llegado a nuestras manos gracias al amigo David Sierra.



Texto: "Invitaciones superfluas"
Autor: Dino Buzzati
Lectura: Nino
Fuente: Sesenta relatos, Ediciones Acantilado, 2006
© Copyright Dino Buzzati Estate. All rights reserved. “Sessanta Racconti” is published in Italy by Arnoldo Mondadori Editore, Milano.
© de la traducción, 2006 by Mercedes Corral (Quaderns Crema, S.A.U., Acantilado)
Música de fondo: "In memory of you" (Yuki Kajiura)
Grabación: DBP-Nino. Ubrique (Cádiz). Febrero 2016

Si deseáis descargarlo este es el enlace a la web archive.org donde está alojado:
 https://archive.org/details/InvitacionesSuperfluasDinoBuzzatiDbp


”Invitaciones superfluas” de Dino Buzzati

Querría que vinieras a mi casa una noche de invierno y que, abrazados tras los cristales, mientras miramos la soledad de las calles vacías y heladas, recordásemos los inviernos de los cuentos, donde vivimos juntos sin saberlo. Por los mismos senderos encantados pasamos de hecho tú y yo con pasos tímidos, juntos caminamos a través de los bosques llenos de lobos, e idénticos genios nos espiaban desde las matas de musgo suspendidas de las torres, entre el revoloteo de los cuervos. Juntos, sin saberlo, desde allí quizá miramos ambos hacia la vida misteriosa que nos aguardaba. Allí palpitaron en nosotros por primera vez locos y tiernos deseos. «¿Te acuerdas?», nos diremos uno a otro, estrechándonos suavemente en la cálida estancia, y tú me sonreirás confiada mientras fuera suenan lúgubremente las planchas de metal sacudidas por el viento. Pero tú –ahora me acuerdo– no conoces los cuentos antiguos de los reyes sin nombre, de los ogros y los jardines embrujados. Nunca pasaste, embelesada, bajo los árboles mágicos que hablan con voz humana ni golpeaste en la puerta del castillo desierto ni caminaste de noche hacia la lumbre que está muy lejos, ni te dormiste bajo las estrellas de Oriente, acunada por la piragua sagrada. Tras los cristales, en la noche de invierno, probablemente permaneceremos mudos, yo perdiéndome en los cuentos muertos, tú en otros cuidados para mí desconocidos. Yo preguntaría «¿Te acuerdas?», pero tú no te acordarías.

Querría pasear contigo un día de primavera, con el cielo de color gris y con el viento arrastrando todavía por las calles, alguna hoja rezagada del año anterior, por los barrios de las afueras; y que fuese domingo. En esos lugares surgen a menudo pensamientos melancólicos y grandes, y en ciertas horas vaga la poesía, uniendo los corazones de los que se aman. Nacen además esperanzas que no se saben expresar, propiciadas por los horizontes inmensos de detrás de las casas, de los trenes que huyen, de las nubes del norte. Nos cogeremos de la mano sin más y caminaremos a paso vivo, diciendo cosas tontas, estúpidas y entrañables. Hasta que las farolas se enciendan y de las tristes casas de vecindad salgan las historias siniestras de las ciudades, las aventuras, las soñadas novelas. Y entonces callaremos, siempre cogidos de la mano, pues nuestras almas se hablarán sin palabras. Pero tú –ahora me acuerdo– nunca me dijiste cosas tontas, estúpidas y entrañables. Ni puedes amar, por tanto, esos domingos que digo, ni tu alma sabe hablar a la mía en silencio, ni reconoces en el momento justo el encanto de las ciudades ni las esperanzas que bajan de las nubes. Tú prefieres las luces, la gente, los hombres que te miran, las calles donde dicen que se puede encontrar la fortuna. Tú y yo somos diferentes, y si vinieras a pasear un día, dirías que te cansas; sólo eso, nada más.

Querría también ir contigo de veraneo a un valle solitario, riendo continuamente por las cosas más tontas, a explorar los secretos del bosque, de los caminos blancos, de ciertas casas abandonadas. Pararnos en el puente de madera a contemplar el agua que corre, escuchar en los postes del telégrafo aquella larga historia sin fin que viene de una punta del mundo y quién sabe dónde irá. Y coger flores de los prados y allí, tumbados sobre la hierba, en el silencio del sol, contemplar los abismos del cielo y las blancas nubecillas que pasan y las cumbres de las montañas. Tú dirías «¡Qué bonito!». No dirías nada más, porque seríamos felices; nuestro cuerpo habría perdido el peso de los años, nuestras almas estarían rejuvenecidas, como si acabaran de nacer.

Pero tú –ahora que lo pienso– mirarías alrededor sin entender, y te detendrías preocupada a examinarte una media, me pedirías otro cigarrillo, impaciente por volver. Y no dirías «¡Qué bonito!», sino otras cosas, que a mí, nada me importan. Porque desgraciadamente eres así. Y no seremos felices ni siquiera un instante.

Querría también –déjame decírtelo– atravesar contigo del brazo las grandes avenidas de la ciudad un atardecer de noviembre, cuando el cielo es de puro cristal. Cuando los fantasmas de la vida corren sobre las cúpulas y rozan a la gente oscura que va por el fondo del foso de las calles, ya colmadas de preocupaciones. Cuando recuerdos de edades dichosas y nuevos presagios pasan sobre la tierra, dejando tras de sí una especie de música. Con la ingenua soberbia de los niños miraremos las caras de los demás, miles y miles, que pasen a torrentes a nuestro lado. Nosotros despediremos sin saberlo, un resplandor de júbilo y todos se verán obligados a mirarnos, no con envidia ni mala intención, sino sonriendo ligeramente, con ánimo bondadoso, gracias a la noche, que cura las debilidades del hombre. Pero tú –lo sé bien–, en vez de mirar el cielo de cristal y las aéreas columnatas iluminadas por el último sol, querrás pararte a mirar los escaparates, las alhajas, el dinero, las sedas, esas cosas mezquinas. Y no repararás por tanto ni en los fantasmas ni en los presentimientos que pasan, ni te sentirás, como yo, llamada a una suerte de la que reírte. Ni oirás esa especie de música, ni entenderás por qué la gente nos mira con benevolencia. Tú pensarás en tu pobre mañana y en vano por encima de ti las estatuas de oro de las agujas, levantarán sus espadas a los últimos rayos. Y yo estaré solo.

Es inútil. Tal vez todo esto sean tonterías y tú seas mejor que yo sin pretender tanto de la vida. Tal vez tengas razón y sea una estupidez intentarlo. Pero al menos –eso sí, al menos– querría volverte a ver. Sea como sea, estaremos juntos de algún modo y hallaremos la felicidad. No importa si de día o de noche, en verano o en otoño, en un pueblo desconocido, en una casa desnuda, en un triste hostal. Me bastará tenerte junto a mí. No estaré allí –te lo prometo– para escuchar los crujidos misteriosos del techo, ni miraré las nubes, ni haré caso a las músicas ni al viento. Renunciaré a esas cosas inútiles que yo, sin embargo, amo. Tendré paciencia si no entiendes lo que te digo, si hablas de cosas ajenas a mí, si te quejas de la ropa vieja y del dinero. No estarán allí eso que llaman poesía, las esperanzas comunes, las tristezas tan queridas del amor. Pero te tendré junto a mí. Y conseguiremos, ya lo verás, ser bastante felices, con mucha sencillez, hombre y mujer solamente, como pasa en todas partes del mundo.

Pero tú –ahora lo pienso– estás demasiado lejos, a centenares y centenares de kilómetros, difíciles de salvar. Tú estás dentro de una vida que desconozco, y a tu lado están los otros hombres, a los cuales probablemente sonríes, como a mí en otros tiempos. Y poco tiempo ha hecho falta para que te olvidaras de mí. Probablemente ni siquiera alcanzas a recordar mi nombre. Yo ahora ya he salido de ti, perdiéndome entre las innumerables sombras. Y, sin embargo, no hago más que pensar en ti, y me gusta decirte estas cosas.



jueves, 16 de julio de 2015

Y la magia del teatro se hizo realidad

Y la magia del teatro se hizo realidad. Para muestra... ¡un botón!... A continuación os dejamos algunas de las imágenes que nos quedan para el recuerdo de las representaciones de la obra de teatro "Huele a gato", puesta en escena por el Taller de Teatro y Expresión Corporal de Ubrique los días 6, 13, 20 y 27 de junio de 2015.

Estamos muy contentos por la acogida que ha tenido la obra por parte del numeroso público que asistió a las representaciones. Tanto los más pequeños como los mayores disfrutaron con la puesta en escena y con la interpretación de los más de dieciséis actores del Taller de Teatro que la han hecho posible.

Y como colofón, en la última de las representaciones tuvimos la presencia del propio autor de la obra, D. Antonio Daniel García Orellana, con el que además compartimos unas horas de convivencia tanto antes, como después de la representación. Esperamos que su visita a Ubrique fuese tan grata y fructífera para él como lo fue para nosotros y que los lazos de amistad perduren por mucho tiempo.

Hemos recibido peticiones para volver a realizar algunas funciones más, para aquellos que no han podido ver la obra y para otros que incluso quieren volverla a ver. Posiblemente sea buena idea realizar algunas funciones más en las próximas navidades. De momento nos quedan unos meses por delante para descansar, ir madurando ideas, lenyendo teatro y preparando nuevos proyectos.


El grupo con Antonio Daniel García Orellana, autor de la obra "Huele a gato" - Fotografía de Manuel Arenas González


Las "Sombras" con la "Vieja de los Gatos" - Fotografía de Manuel Arenas González



Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez



Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez




Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez



Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez



Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez



Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez



Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez



Representación de "Huele a gato" por el Taller de Teatro de Ubrique - Fotografía de José Luís Ortega Gómez
  

jueves, 4 de junio de 2015

Se acerca el estreno de la obra "Huele a Gato"

El sábado 6 de junio de 2015 a las 7 de la tarde en el salón de actos del IES "Francisco Fatou" de Ubrique se estrenará la obra de teatro "Huele a Gato" de Antonio Daniel García Orellana. La obra será puesta en escena por los alumnos del Taller de Teatro y Expresión Corporal "Tea Tre Ves" de Ubrique.

Ya se han agotado las entradas para esta primera función, pero no se preocupen si desean verla porque están previstas tres representaciones más, los sábados 13, 20 y 27 de junio a la misma hora y en el mismo lugar. Todos aquellos interesados en asistir, mayores, jóvenes y niños de más de seis años pueden recoger las entradas de forma gratuita en la Oficina Municipal de Turismo de Ubrique. Se recomienda que los niños de entre seis a diez años vayan acompañados de al menos un adulto.

A continuación os dejamos algunas de las fotografías que se han ido publicando en las redes sociales para anunciar esta actividad.






lunes, 24 de noviembre de 2014

Nuevo blog del Taller de Teatro Ubrique

A continuación os dejo la dirección del nuevo Blog de "Tea Tre Ves?" - Taller de Teatro y Expresión Corporal de Ubrique, donde a partir de ahora se irán publicando todas las actividades relacionadas con el taller de teatro.


http://tallerdeteatroubrique.blogspot.com.es/


 
Visitar el nuevo Blog del Taller de Teatro...